“Colores”
\”Colores\”
Colores, amores, letras y dolores. El pintor, adora sus colores.
El hombre infiel, presume de muchos amores. El escritor,
juega con sus letras. La mujer fiel, escondes sus dolores.
Colores, amores, letras y dolores. El pintor, adora sus colores.
El hombre infiel, presume de muchos amores. El escritor,
juega con sus letras. La mujer fiel, escondes sus dolores.
Antes de conocer el sufrimiento, el niño era feliz. Nunca le faltaba su alimento y siempre se veía alegre y contento. De repente, su vida cambio. A su madre y a él, por otra mujer, su padre abandono.
Aún era un niño cuando esto paso. No sabia por que su madre ya no sonreía. A caminar con él, ella ya no salía. Le molestaba todo, hasta la luz del día. Era muy joven para comprender lo que es la traición pero si sabia que su madre tenia roto el corazón.
Por muchos años, el sufrió. Aún mas, cuando su madre murió. Sin pensarlo dos veces, aquel hombre cobarde, por siempre, dos vidas cambio. En ocaciones, en silencio, él en su padre pensaba. No creía todas la cosas que la gente de él le contaba.
Hoy, ese niño ya es un hombre. Ya no piensa en su padre. Cada año, para celebrarle su cumpleaños, con una rosa blanca, visita la tumba de su madre.
En ocasiones, para olvidarme de mi sufrir, me pongo a escribir. Para poder apagar las voces en mi mente y para no llorar, hay días que me pongo a cantar. Las voces son reales y retumban fuerte en mi mente. Me avisan de los secretos oscuros que tienen mi esposa y mi amante.
Ella me asegura que mi esposa sabe de su existencia y me confirma que juntas, las dos aplauden mi experiencia. Mi amante me trata muy bien y mi esposa actúa como si para esto, por ella, yo fuera el elegido. ¿Por qué? ¿En que triángulo estoy metido?
Yo fui testigo señores, de estas crueles palabras, dirigidas a un niño, a niño apodado, El Hijo Ajeno.
“Lárgate de mi casa! Lárgate y busca a tu padre! Que yo en mi casa, ya no te quiero.”
El niño salió llorando. Por las calles caminando, del pueblo no se alejó. En su corazón sentía, que su padre ahí vivía, por eso no se marchó.
Con el tiempo, se hizo hombre. Lo contrario de aquel pedazo de gente, que un día a la calle lo echo.
Sin planearlo, un Domingo, saliendo de misa, con su padre se encontró. Como testigo fui de aquellas dolorosas palabras, también lo fui en las siguientes:
“Padre, te perdono. Aunque mi madre te engaño, siempre será mi madre. Y tú, en las buenas y en las malas, siempre seguirás siendo mi padre.”
Ser querida, como lo es ella, frecuentemente me pregunto, que se siente? La noche está de fiesta y las flores, la música y la gente, alegran el ambiente.
A mi lado, mi galán imaginado. Mientras que mi esposo, con sus amigos y su amante, se la pasa embriagado.
Al mirar como la trata, es muy obvio lo que por ella siente. Mientras yo, deseando sus caricias, y perdida entre la gente, me pregunto, que se siente?
Como toda una mujer, le brindo mis caricias, apoyo, amor y mi cuerpo. Cosas que para él, aparentemente no son suficiente.
Mi mirada él no entiende, y mi amor por el no siente. Deseando de sus caricias y de su amor, me sigo preguntando, que se siente?