“Mi Hermanita”
Mi hermanita. De niños, jugábamos juntos. Como si hubiese sido ayer, recuerdo que muchas veces, nuestros padres, tus travesuras perdonaban. Después de ver tu hermosa y brillante sonrisa, de todas las travesuras, incluyendo las mías, ellos se olvidaban.
Mi hermanita. A temprana edad, en nosotros, nuestros padres inculcaron nuestra cultura y, sin sentirlo, nos ayudaron a dominar el idioma de nuestros abuelos, el español. Algo muy raro hoy en día. Por esto y por muchas cosas más, con ellos estoy bien agradecido. Pues desde aquel entonces, ellos sabían que el ser bilingües nos ayudaría algún día.
Para nosotros fue algo tan natural, que hoy, después de treinta años, conversar en español es algo muy normal. Rodeados de nuestras amistades y de sus hijos, observamos las fallas de los que ya son padres.
Lo extraño de esto es que son ellos, los que el español nunca dominaron, y quien a nuestros padres, por enseñarnos el idioma, mil veces felicitaron.
Mi hermanita.