“Por Una Sonrisa”
En aquella noche de Diciembre, clara y fresca, mientras te abrazaba, un galán, alto y bien parecido, hacia ti, dirigió una sonrisa. Minutos después, de mi lado, partiste con un poco de prisa.
Confundido por tus acciones, me puse a cuestionar mi vida y todas mis pasadas relaciones. ¿Por qué, si de mi doy todo, sin pensarlo dos veces, mi pareja, de mi lado se aleja?
Por una sonrisa, mi vida dirigí a la droga y a el alcohol. Por muchos años, la viví a ciegas y con mucha prisa. Ayuda me sobro. Ganas de vivir me faltaron. Las calles fueron mi casa y sus banquetas mi colchón. Cuando en ellas logre dormir, muchas veces me soñé, enterrado en el panteón.
Del día de tu partida, hoy se cumplen quince años. Es una ironía de que en este mismo día, se cumplan cinco años del momento que volví a sonreír porque nuevamente encontré la alegría.
Como si hubiese sido ayer, recuerdo bien aquella mañana fría y lluviosa de Diciembre. Recostado en mi frio y duro colchón, con gusto recibía la lluvia en mi rostro. Inexplicablemente, en el nublado cielo mire una sonrisa. Sin saber el porqué, me puse a rezar un Padre Nuestro.
Minutos después, sentí un alivio increíble. Mi deseo de ingerir drogas y alcohol ya no estaba presente. Con mucho entusiasmo y energía, le conté esto a la gente. Me juzgaron de loco y aseguraban que esto era imposible.
Tuve dudas y en ocasiones pensé que la gente tenía razón. Rápidamente, las dudas aclaré porque estaba conectado con algo puro en mi ser. Las palabras que con entusiasmo y energía a la gente exprese, no salieron de mi boca sino de lo más profundo de mi corazón.
En mi mente, grabada tengo aquella sonrisa. Desde entonces, sin falta, cada Domingo voy a misa. Por algo pasan las cosas. Es bueno tomar el tiempo para disfrutar el aroma de un ramo de rosas. Hoy, día tras día, aprecio las cosas simples que para mí, siempre son las más hermosas. Mi vida cambio, por una sonrisa.