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“Pordiosero Con Dinero”

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“Pordiosero Con Dinero”

“Pordiosero Con Dinero”

Tranquilamente, como y duermo. Lo hago porque debo hacerlo. En mi vida, a nadie he causado daño y nunca he robado dinero. Tengo dinero porque no lo gasto en pendejadas y porque se lo que quiero. Pido porque fácilmente me dan. No trabajo. Sin hacerlo, en tres meses, para todo el año, me gano el pan.

Mi vida es fácil. Tres meses del año me la paso en California. Con mis palabras y mentiras, engaño a cualquier imbécil. Cuando él contempla su decisión, yo finjo una sonrisa mientras pienso en mi familia y en mi mansión.

Para poder vivir, ellos tienen dos trabajos en el país más rico del mundo. Cuando les pido dinero, nunca se niegan en ayudar a un pobre pordiosero. Cada quien hace lo que tiene que hacer para vivir. Yo, desde muy pequeño, me di cuenta que en la vida, yo no quería trabajar pero tampoco quería sufrir.

Júzgame y piensa de mi lo que quieras. Para construir mi mansión, quizás ya utilice muchas de tus monedas. Que Dios te de salud y mucha fuerza para que sigas trabajando. Yo, los nueve meses en mi país, de tus moneda seguiré disfrutando.

“Agujeros En Mi Alma”

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“Agujeros En Mi Alma”

“Agujeros En Mi Alma”

A cambio de lujos y riquezas, a través del tiempo, a un hombre alto y bien parecido, pedacitos de mi alma vendí, dejando en ella muchos agujeros. Aun camino con fuerza, pero en este mundo terrenal, mi alma se encuentra débil. El infierno que me espera, no lo apagan los bomberos.

Echar el tiempo atrás es algo que en ocasiones quisiera poder lograr, pues mis pecados y todo el daño que hice, de mi alma, me gustaría borrar. Decir que no disfrute vender los pedacitos de mi alma seria mentir. La admiración y prestigio que los lujos y riquezas me brindaron, aunque falsos, es algo que siempre quise sentir.

En el momento, en el futuro nunca pensé. Hoy que el futuro me llego, no recuerdo donde ni como este trato realice. En ocasiones, me encuentro con ese hombre que aún es alto pero su imagen es oscura y su rostro no tiene figura. Aún hay muchas cosas que quisiera lograr pero sé que mi tiempo se acerca, pues mis deudas tengo que pagar.

“Sin Pedir”

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“Sin Pedir”

“Sin Pedir”

Los que en verdad necesitan, no piden. Si es necesario, pasan hambre pero no se atreven a pedir.

Hoy por la tarde, mientras disfrutaba de mi almuerzo, un ser humano me pidió dinero. Minutos después, en mi mesa, sin invitación, se sentó un desconocido compañero. Me ofreció sus consejos y me dio muchas razones el por qué a ese ser humano jamás le debo de dar dinero. “Es un drogadicto, huevón y ratero. En su vida nunca ha trabajado y no sabe lo que es ganarse el dinero.”