“Prisioneros”
“Prisioneros”
Nuestra prisión es invisible. Lo más triste es que ni siquiera sabemos que somos prisioneros. Tu tienes la llave de tu prisión. Para salir de ella, frente a ti, tienes una gran razón.
Nuestra prisión es invisible. Lo más triste es que ni siquiera sabemos que somos prisioneros. Tu tienes la llave de tu prisión. Para salir de ella, frente a ti, tienes una gran razón.
Si tienes la dicha de ser madre, estas palabras son para ti. Si tus hijos de ti ausentes se encuentran, no te preocupes, pues en su corazón, ellos te guardan, y siempre piensan en ti.
Es una afirmación que el amor y sufrimiento de una madre nunca termina. En vida, aunque tu familia sea enorme, con tus bellos, y en ocasiones tristes recuerdos, te la pasas sola en tu cocina.
Obvia es tu alegría. Te encuentras feliz al ver crecer tu retoño, tus nietos, y su hermosa familia. Aunque sólo sea en ocasiones, Dios escucha tus oraciones. Sin aviso alguno, de repente tu hogar se llena con el calor y el amor de tu familia. Agradecida por esto, como la buena madre que eres, aprovechas estos momentos para brindarles tu gran amor de madre, y así demostrarles lo mucho que los quieres.
Si Dios Nuestro Señor ya te recogió, quizás tus hijos piensen que de ellos te alejo. Lo cierto es que desde el cielo los cuidas, y con tu gran amor de madre, limitadas sus tropiezos, e iluminas sus vidas.
Hombre de pocas palabras
Que en el campo trabajo
Amante de sus parcelas
Que por nada abandono
Por sacarnos adelante
Sus tierras el trabajo
De sol a sol trabajaba
Con su sudor las rego
Mi viejo no tuvo estudio
Un libro no conoció
Por el amor a sus hijos
El a leer aprendió
Muchas veces en el campo
El frente a mí se cayo
Sin demostrar su dolor
Como un hombre se paro
Mi madre mujer valiente
A mi padre ayudo
A la laborar en sus tierras
Hasta que el cáncer llego
Le dio pelea a la muerte
Y con esfuerzo gano
Mi padre no tuvo suerte
Y en mi presencia murió.
Mi padre fue sepultado
En la Ciudad de Obregón
No se merecía la muerte
Era un padre muy chingón
El no pudo con el cáncer
Pues de sorpresa llego
Ni la misma santa muerte
Se pudo ha el acercar
(Spoken)
Esta canción es para todas las madres del mundo que cuidan de sus hijos y que hacen todo lo posible por verlos triunfar. En especial para mi linda madre.
Las palabras que hoy les canto
Son para mi linda madre
Y para toda mi gente
Son para mi linda madre
Y para toda mi gente
La historia que hoy les canto
Es cuando aún no nacía
Mi padre me dio su sangre
Se marcho cuando crecía
Mi madre bailo conmigo
Cuando yo estaba en su vientre
Mi madre bailo conmigo
Cuando yo estaba en su vientre
Muchas veces por las noches
Ella en silencio lloraba
Para platicar conmigo
Acariciaba su ombligo
Sin saber que la escuchaba
De sus penas me contaba.
Sin saber que la escuchaba
De sus penas me contaba.
Gracias a mi linda madre
Aquí me tienen presente
Gracias a ella señores
Le canto a toda mi gente
Mi madre bailo conmigo
Cuando yo estaba en su vientre
Cuando eras libre, mientras cenábamos juntos, disfrutaba de tus historias, de tu paciencia, tu sonrisa y de tu agradable compañía. En aquel entonces, la jaula invisible en la cual hoy te encuentras, no existía. Sin darte cuenta, en la mesa, tu celular te mantiene prisionera y te molestas cuando a su pila se le termina la energía.
Cuando eras libre, usando nuestra imaginación, nos divertíamos bastante y sin necesidad de juguetes o de un simple balón. Si, la vida era más simple y divertida cuando eras dueña de tu libertad. Tristemente, en tu prisión, me haces a un lado mientras te pones contenta cuando en Facebook, un extraño te ofrece su amistad.
¿Mamá, recuerdas cuando eras libre? Yo sí. Te extraño mama.
Estas palabras son dedicadas a todas las madres del mundo. Gracias por todo lo que hacen por sus hijos, y por todos aquellos que no tienen la dicha de conocer a su madre. Una dedicatoria especial a todas las mujeres que no tienen la bendición de poder dar a luz, pero que hacen más por los niños, que aquellas mujeres que sí la tienen. Que Dios bendiga a cada una de ustedes!
Por ser mujer, hija, hermana, amiga, esposa, y por ser mi linda madre, hoy te doy mil gracias. Aunque sé que mi gratitud por todo lo que por mi has hecho en los años atrás, con palabras es imposible expresar, hoy con cariño te dedico estas letras.
Como los ríos alimentan los mares con agua, mis venas a mi corazón alimentan con tu sangre. Gracias por darme la vida. Gracias por darme tu sangre.
Gracias por alimentarme cuando tenía hambre. Gracias por enseñarme a caminar y por levantarme después de caerme. Gracias por tu deliciosa comida y gracias nuevamente, por darme la vida.
Por cuidarme cuando era solo un niño, muchas noches de desvelo pasaste. Al no regresar a casa temprano de la escuela, muchas tardes por mi bienestar te preocupaste.
Por curar mis heridas después de mis caídas, hoy te doy mil gracias. Pues sin tu apoyo y disciplina, es muy probable que yo mismo hubiera echado mi vida a la ruina.
Por todo esto y por tu gran amor de madre, con mis humildes letras, hoy te doy mil gracias. Gracias linda madre.