“La Invitación”
Soy abundancia, pero no me pidas nada. Eso no es necesario. Conozco todas tus necesidades, y aunque no me las cuentes, también conozco todas tus verdades. No me pidas nada. Conozco tus actos de bondad y sin pedirlo, ya perdoné todas tus maldades.
Si, soy abundancia. Soy sabiduría. Soy viento. Soy luz. Soy alegría. Si, también soy amor. Soy pan. Soy vino. Soy aquel que para que vivas una vida eterna, a morir, a este mundo vino. Multitudes hacen honor a mi muerte, celebran mi resurrección, y cada año, festejan mi cumpleaños.
Si, soy abundancia, pero no me pidas nada. Ya tienes mas de lo que necesitas. Como todo, eso también lo se. No es necesario que lo admitas. Millones me atribuyen milagros y curaciones. En agradecimiento, me ofrecen sus oraciones. Las agradezco, pero en ellos, me importan mas sus acciones.
De ti, nada necesito, pero si te pido una cosa. Es una cosa simple, pero hermosa. Haz tiempo para mi, ya que para ti, yo siempre estoy aquí. Quiero sentirte. Quiero escucharte. En tus peores momentos, se como consolarte. Quiero aconsejarte. Quiero abrazarte.
Siempre camino a tu lado, aunque no me sienta invitado. ¿A caso te avergüenzas de mi? Para mi, eso no importa. Para ti, yo siempre estaré aqui. Esperando tu invitación, seguiré caminando junto a ti. Cuando estes preparado, entonces me sentiré invitado.
¿Estas listo? Si es así, ven, toma mi mano, y camina junto a mi. Déjame guiarte, e iluminarte. Si ahora no es el momento, quizás fácilmente me borres de tu pensamiento. Eso no me preocupa, pues se que en tu ser, me llevas dentro. Solo es cuestión de tiempo. Espero que pronto, tu mismo hagas ese descubrimiento.