“Cobarde”
Me citó en nuestro lugar secreto pero nunca llego. Lo esperé hasta muy tarde. Dias después, en un texto, me dijo adiós y me confesó que me engañó. Es un cobarde.
Me citó en nuestro lugar secreto pero nunca llego. Lo esperé hasta muy tarde. Dias después, en un texto, me dijo adiós y me confesó que me engañó. Es un cobarde.
No seas egoísta! Comparte tu historia, experiencia y talentos con el mundo. Para hacerlo, no necesitas a un periodista o ser un artista.
Tu historia y cultura son importante. Ne le temas al ‘que dirán’. Atrévete a compartirlas con la gente.
Todos tenemos una historia pero no todos tenemos las palabras o el valor para contarla. Al contrario, muchos deseamos poder cambiarla.
En unos días mas, comienzo una nueva vida. Mi decision por hacerlo, por pocos es entendida. Para muchos, una vida simple es muy aburrida. Para mi, es el tipo de vida preferida.
Antes de conocer el sufrimiento, el niño era feliz. Nunca le faltaba su alimento y siempre se veía alegre y contento. De repente, su vida cambio. A su madre y a él, por otra mujer, su padre abandono.
Aún era un niño cuando esto paso. No sabia por que su madre ya no sonreía. A caminar con él, ella ya no salía. Le molestaba todo, hasta la luz del día. Era muy joven para comprender lo que es la traición pero si sabia que su madre tenia roto el corazón.
Por muchos años, el sufrió. Aún mas, cuando su madre murió. Sin pensarlo dos veces, aquel hombre cobarde, por siempre, dos vidas cambio. En ocaciones, en silencio, él en su padre pensaba. No creía todas la cosas que la gente de él le contaba.
Hoy, ese niño ya es un hombre. Ya no piensa en su padre. Cada año, para celebrarle su cumpleaños, con una rosa blanca, visita la tumba de su madre.
Hace años, las calles eran su hogar y las drogas su alimento. Nadie creía en ella cuando nos decía que algún día sería elegante y bella. En aquel entonces, yo disfrutaba de un buen sueldo, una casa grande y deliciosos alimentos.
Ayer por la noche, mientras yo buscaba un lugar donde dormir, me la encontré de repente. Al momento, no la conocí, pero ella a mi si. De eso, ella no se sorprendió. Me extendió su mano y en su hogar, un cuarto me ofreció. La vida da vueltas.
Me contó de sus paseos por las calles en las cuales muchas noches durmió. Disfruto de ellos aunque le causaban tristeza porque ninguno de sus viejos amigos la reconoció.
Hoy, yo me encuentro donde estaba ella. Elegante y bella, hoy es ella. Algo que siempre nos decía que seria. A ella nunca le importo si nadie le creía.
Me confirmo que su vida en las calles fue muy dura. El pavimento fue su colchón y su comida fue la droga y la basura. Me preparo un alimento caliente y me regalo un abrazo duradero y lleno de ternura.
Con determinación y concentración, cambio su vida y mejoro su persona. Ella mejor que nadie, sabe que el hambre puede ser cabrona.
Mientras yo trabajaba, con su amante, en un hotel cercano, mi esposo me engañaba.
Para el día de la madre, traición y engaño fue mi regalo en el mes de Mayo. Al recibirlo, de la enorme sorpresa y decepción, casi me desmayo.
Mientras yo trabajaba, en mi corazón, la alegría lentamente se apagaba. Sin entender lo que en ese momento me pasaba, hoy me di cuenta que de su traición, mi corazón me avisaba.
‘Una familia perfecta’, de nosotros, la gente pensaba. Que un hombre y padre ejemplar como el me hiciera esto, ni en mis peores pesadillas, yo me lo imaginaba.
“Contéstame mi amor”, son palabras que aunque yo quiera, de mi mente no puedo borrar. Las encontré en su correo de voz cuando la verdad me puse a buscar.
Le entregue catorce años de mi vida, durante cuales nunca le falto nada. Diariamente le preparaba su comida y siempre le tenía su ropa bien planchada.
Juntos creamos dos nuevas vidas. Dos angelitos que aún están pequeños son mis razones por vivir. Su futuro me preocupa y por ellos haría cualquier cosa para sacarlos adelante. Estoy muy confundida y no sé qué hacer. ¿Sera que si lo perdono se olvidara de su amante?
Sin que mi digan una palabra, sé que mis dos angelitos sienten mi dolor y tristeza. Desde ese oscuro y triste día, extraño sus sonrisas y su brillante alegría. En ocasiones, el mayor me dice, “Mama, quiero mucho a mi hermanito. Me gusta mi familia”. Estas palabras quizás me ayuden a perdonar a mi esposo algún día.
Yo fui testigo señores, de estas crueles palabras, dirigidas a un niño, a niño apodado, El Hijo Ajeno.
“Lárgate de mi casa! Lárgate y busca a tu padre! Que yo en mi casa, ya no te quiero.”
El niño salió llorando. Por las calles caminando, del pueblo no se alejó. En su corazón sentía, que su padre ahí vivía, por eso no se marchó.
Con el tiempo, se hizo hombre. Lo contrario de aquel pedazo de gente, que un día a la calle lo echo.
Sin planearlo, un Domingo, saliendo de misa, con su padre se encontró. Como testigo fui de aquellas dolorosas palabras, también lo fui en las siguientes:
“Padre, te perdono. Aunque mi madre te engaño, siempre será mi madre. Y tú, en las buenas y en las malas, siempre seguirás siendo mi padre.”