“Te Cortaste”
Nunca quise lastimarte. En las filosas orillas de mi alma, por acariciarme, tú te cortaste. Preparado para nuevamente amar, pero protegido por mi alma, mi corazón siente miedo de volverse a enamorar.
Como un herrero afilando su cuchillo, el fracaso y sufrimiento afilan las orillas de mi alma, mi fiel escudo protector. El, mejor que nadie, sabe que las heridas de amor no las cura un doctor.
Mis caricias, tu nunca rechazaste. Al contrario, penetrar mi escudo protector, tu siempre intentaste. Sin pedir nada a cambio, me regalaste de tu tiempo y me brindaste tu amor. Sabias el riesgo de acariciarme. Lo hiciste y nuevamente te cortaste.
Perdóname. Nunca quise lastimarte.